narraciones éticas: el narcocorrido

El narcocorrido es más que un género musical; es el eco profundo de una tierra herida, el grito de las voces que tejen, entre balas y fronteras, los relatos ocultos de nuestro tiempo. En sus acordes vibra la vida desbordada, ese vaivén de la tragedia y el triunfo que traspasa montañas y mares. Como un río oscuro que se desborda, este género inunda los paisajes culturales, trazando rutas clandestinas entre el norte y el sur, entre el sol abrasador de México y el cielo inmenso de Estados Unidos.

A su paso, el narcocorrido se erige como un cronista feroz, un testigo implacable de los pulsos que laten bajo la piel de la historia inmediata. Desde sus albores con Los Tigres del Norte, cuya música resonaba como un latido compartido por el pueblo migrante, hasta el zenit de Ariel Camacho, cuyo “Karma” fluyó como un himno fatalista, el género ha tejido un tapiz de relatos que desafían las fronteras, tanto físicas como simbólicas.

Es en estas canciones donde se cosen las cicatrices de una nación fracturada, donde la voz del cantante se convierte en la crónica de un destino inevitable. Así, el narcocorrido no solo narra la violencia, sino que se convierte en espejo de los anhelos y desilusiones, en un viento que lleva y trae las historias, un viento que canta a los héroes y villanos de nuestro tiempo.


Posted

in

by

Tags:

Comments

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *