El secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada y su entrega a las autoridades estadounidenses el 25 de julio de 2024 desencadenó una traición que, dos meses más tarde, prendió la chispa de la más reciente guerra interna del Cártel de Sinaloa. Para muchos periodistas, esta confrontación ya tiene el carácter de una guerra civil, donde la violencia no solo se libra en las calles, sino que se convierte en una herramienta de propaganda cargada de simbolismo. Diez días después de los primeros choques, una mañana de septiembre, Culiacán fue escenario de un espectáculo aterrador: cinco cuerpos sin vida yacían alineados, cada uno con un sombrero idéntico en la cabeza, era un siniestro mensaje lanzado a las fuerzas de La Sombreriza; y sus víctimas pertenecían a las filas de Ismael “El Mayo” Zambada, el legendario Señor del sombrero. Así, su hijo, El Mayito Flaco, último heredero en pie del clan Zambada, asumió la misión de limpiar el honor de su padre. En respuesta, cuando las tropas de El Mayito Flaco abatían a miembros de La Chapiza, dejaban cajas de pizza alrededor de sus cuerpos, un mensaje que añadía un escalofriante toque de macabra ironía a la violencia desatada. Una violencia en que mantendría en temor por más de un mes una población que no le quedó más opción que recluirse en sus casas, en un autoimpuesto toque de queda.
La traición al Mayo fue inesperada, pero al confirmarse, se sabía que los clanes Guzmán y Zambada enfrentados iban a desatar una batalla sangrienta y dolorosa en la región. Ambos clanes se conocían demasiado, y juntos, Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada habían construido ese emporio mafioso global, se dice, el más poderoso del planeta. Pero esta alianza se rompió en julio del 2024 con el secuestro de El Mayo, hasta entonces el bandido más longevo de América Latina, quien durante cincuenta años había evadido la cárcel. La guerra civil que ahora se libra en Culiacán, encabezada por El Mayito Flaco para restaurar el honor familiar, se refleja en los corridos que emergen de este conflicto a su persona. Aunque muchos cantantes temen las represalias y se abstienen de crear corridos directamente sobre el conflicto actual, las canciones dedicadas a El Mayito Flaco ofrecen una ventana para leer entrelíneas.
Curiosamente, El Mayito Flaco, a diferencia de otros narcotraficantes, siempre había evitado que se le compusieran corridos durante su juventud, consciente de su posición y preferencias. Sin embargo, desde mediados de 2023, en sus 40s, comenzó a permitir que su figura protagonizara composiciones, anticipando de alguna manera el protagonismo del personaje que se encargaría de limpiar la deshonra del padre. Corridos como “Casco Negro” y “El Menos Visto” comenzaron a destacar su presencia, con este último dándole una rápida notoriedad. Estos corridos, así como “Gente del M”, no solo narran su protagonismo reciente, sino que también ofrecen pistas sobre los movimientos estratégicos y los organigramas en curso de esta guerra interna del Cártel de Sinaloa.
(***Work in progress***)
Leave a Reply