Por Martin Mulligan
El más reciente álbum de Fuerza Regida, “111xpantia”, confirma lo que desde hace años es evidente para quienes seguimos de cerca la evolución del corrido: que esta agrupación chicana no sólo ha conquistado el corazón del público hispano en Estados Unidos, sino que ha logrado torcer, reinventar y reanimar las posibilidades estéticas del sierreño (corrido tumbado) en la era del streaming.
Desde aquel ya legendario “Radicamos en South Central” (2018), Jesús Ortiz Paz (JOP) y su equipo no han dejado de experimentar. De su base angelina –capital del corrido moderno—Fuerza Regida ha dado vida a una serie de personajes que, aunque reciclados del imaginario del malandro, aparecen una y otra vez en estados de ocio, exceso y gozo. Pero no es mera repetición: hay aquí un juego deliberado con las formas. JOP sabe que está apostando al límite, bordeando entre lo vulgar y lo poético, entre el corrido bravido y la balada de lifestyle con tintes eróticos y albures pornográficos.
Canciones como “Sigo Chambeando” o “Ya se fue Manuel” (compuesta en homenaje luctuoso a Manuel Torrex Félix) consolidaron su nombre en el noroeste mexicano y California. Desde entonces, con el requinto heredado de Ariel Camacho y su tuba, Fuerza Regida ha sabido sonar a algo que ya conocíamos… pero revitalizado. Covers como “El Muchacho Alegre” y “Chrysler 300–Chuy y Mauricio” terminaron por hacerlos reconocibles a ambos lados de la frontera.

La camada YouTube y la reinvención tras la pandemia
Fuerza Regida supo sobrevivir entre la oleada de músicos adolescentes que emergieron entre 2018 y 2020, inspirados por los tutoriales del sonido de guitarra de Ariel Camacho publicados por Jorge Aguilera en YouTube. Aquellos fueron los años del surgimiento de nombres como Natanael Cano, Junior H, El De la Guitarra y otros que, aunque potentes, no todos lograron adaptarse a los ajustes de la pandemia del 2020. Fuerza Regida sí. Supo mantenerse y, más aún, convertirse en el punto de inflexión que le dio carácter chicano (y no solo mexicano) al nuevo corrido urbano (Quedaron reposando por ejemplo, Herencia de Patronos y Legado 7 –circulando a un radio más corto.
Luego de hits en colaboración con artistas mexicanos como Natanel Cano en “La Ch y La Pizza“ o “Igualito a mi Apá” con Peso Pluma, en 2023 estas colaboraciones disminuyeron, marcando para Fuerza Regida una ruta propia más centrada en el mercado chicano (global). Y aunque su nombre mismo—“Regida”—sea un neologismo fallido, según confesó JOP en entrevista con Pepe Garza, para ellos representa algo vital, una reafirmación poética de la identidad pocha, incluso con errores gramaticales que no se ocultan, sino que se enarbolan como estilo, el mejor caso es que “Regida” que no significa nada, aunque lo creyeron al nombrase.
“111xpantia”: banjo, mandolina y malandros recreativos
¿Pero qué trae de nuevo “111xpantia”? Mucho.
Fuerza Regida da con “111xpantia” un golpe de efecto con la incorporación del banjo, instrumento central del bluegrass, que en este álbum sustituye al requinto en varias pistas, como “Peliculeando”. El resultado es una sonoridad híbrida, que por momentos suena a mandolina o ukelele, pero que sobre todo nos habla de la capacidad camaleónica de JOP para absorber y redirigir influencias.
Sin embargo, en el álbum también hay constancia: en “Marlboro Rojo” se escucha la nostalgia del sonido original de la banda, y mientras que con el epílogo en “The Godfather“ hacen guiños a la clásica cultura gansteril estadounidense, y “Chufulas” lo hacen a figuras emblemáticas del narco mexicano, como al Chino Ántrax.
Ramírez-Pimienta ha argumentado que, incluso en los narcocorridos más violentos, siempre se guarda una cierta justificación del acto violento: “el viejón es violento, pero si no lo traicionas, es noble”. En “111xpantia”, los personajes siguen en ese vaivén: no son asesinos despiadados como con el Movimiento Alterado, sino reyes del relajo, protagonistas de fiestas interminables, excesos calculados y estados alterados. Viven en la misma guerra, pero más en el gozo del dinero y en el recreo que en la violencia directa como en los corridos de la administración de Felipe Calderón; estos, los de AMLO siguen siendo más corridos de patrullaje que corridos de guerra. Pero en ambos, conservando la imagen de un heroísmo neoliberal y necropolítico.

Industria, riesgo y la herencia angelina
Desde sus orígenes con Rancho Humilde hasta su independencia con Mood Street Mafia, JOP ha consolidado a Fuerza Regida como una maquinaria cultural. Al sumar a su equipo a artistas emergentes como Chino Pacas y Chuy Montana, amplió su espectro sin perder el control creativo. Su liderazgo recuerda a figuras clave del corrido del pasado, (Tigres, Tucanes, Canelos) y con una consciencia empresarial similar o aún más visible que sus predecesores.
En un contexto donde el Regional Mexicano se debate entre la tradición y la vanguardia, Fuerza Regida no solo ha encontrado un punto medio: ha creado una nueva sintaxis. Una banda pocha, con errores sintácticos, pero con aciertos estéticos que son ya parte de la historia viva del corrido.
Con “111xpantia”, Fuerza no solo reafirman con su vigencia, sino que la expande.
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